La central nuclear de Cofrentes tiene el récord de ser la instalación de este tipo en España que mayor cantidad de combustible almacena en su piscina. En total, guarda 598 toneladas de uranio, según los datos de la Empresa Nacional de Residuos Radiactivos (Enresa). Las nucleares españolas guardaban a 31 de diciembre de 2007 3.721 toneladas de combustible gastado en sus piscinas, 378 más que dos años antes (un 11% más).
El combustible está considerado como Residuo de Alta Actividad y está compuesto "por uranio no consumido, productos de fisión y, en menor proporción, por elementos transuránidos (contaminados de plutonio, americio y curio) generados durante el quemado de combustible en el reactor", según el Consejo de Seguridad Nuclear.
A Cofrentes le siguen en volumen de combustible almacenado las centrales de Almaraz I y II (Cáceres), con 499 y 495 toneladas; la central de Ascó I y Ascó II (Tarragona), que albergan 480 y 442 cada una; mientras que la de Vandellós II (Tarragona) guarda 390 toneladas.
En la central nuclear de Trillo (Guadalajara) se almacenan en un Almacén Temporal Individualizado (ATI) 391 toneladas, mientras que en la de José Cabrera (Guadalajara), que dejó de funcionar en 2006, permanecen 100 toneladas más que también se están trasladando a otro ATI.
Estos residuos son depositados en piscinas donde se utiliza el agua como refrigerante y aislante a la vez, y algunas de las cuáles han tenido que aumentar su capacidad para aplazar la fecha de su saturación.
La piscina de Cofrentes tenía a finales de 2005 una capacidad para 730 toneladas de uranio cuya saturación estaba prevista para el año 2015, aunque en la actualidad este límite no se alcanzaría hasta el año 2021 tras las mejoras introducidas.
Este combustible gastado supone cerca del 80% de los Residuos de Alta Actividad generados por las centrales nucleares, y en España su gestión es de tipo "ciclo abierto", es decir, que se conserva en piscinas temporalmente en espera de su gestión final.
El combustible está considerado como Residuo de Alta Actividad y está compuesto "por uranio no consumido, productos de fisión y, en menor proporción, por elementos transuránidos (contaminados de plutonio, americio y curio) generados durante el quemado de combustible en el reactor", según el Consejo de Seguridad Nuclear.
A Cofrentes le siguen en volumen de combustible almacenado las centrales de Almaraz I y II (Cáceres), con 499 y 495 toneladas; la central de Ascó I y Ascó II (Tarragona), que albergan 480 y 442 cada una; mientras que la de Vandellós II (Tarragona) guarda 390 toneladas.
En la central nuclear de Trillo (Guadalajara) se almacenan en un Almacén Temporal Individualizado (ATI) 391 toneladas, mientras que en la de José Cabrera (Guadalajara), que dejó de funcionar en 2006, permanecen 100 toneladas más que también se están trasladando a otro ATI.
Estos residuos son depositados en piscinas donde se utiliza el agua como refrigerante y aislante a la vez, y algunas de las cuáles han tenido que aumentar su capacidad para aplazar la fecha de su saturación.
La piscina de Cofrentes tenía a finales de 2005 una capacidad para 730 toneladas de uranio cuya saturación estaba prevista para el año 2015, aunque en la actualidad este límite no se alcanzaría hasta el año 2021 tras las mejoras introducidas.
Este combustible gastado supone cerca del 80% de los Residuos de Alta Actividad generados por las centrales nucleares, y en España su gestión es de tipo "ciclo abierto", es decir, que se conserva en piscinas temporalmente en espera de su gestión final.
Este próximo 20 de marzo, en teoría será un día clave para la central nuclear de Cofrentes, ya que se decidirá si sigue funcionando o no. De todas formas ya os podéis imaginar la respuesta.
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